2 dias por el Campo de Montiel y la Sierra de Alcaraz


  • septiembre 30, 2015
  • ecomuseo
Ampliar

CAMPO DE MONTIEL

Desde el SV a. C hasta pisarle los talones a Don Quijote

Uno de los espacios naturales más destacados e importantes es el Parque Natural Lagunas de Ruidera, 16 lagunas se enlazan unas con otras por medio de puentes de travertino despertando la admiración a todos los que las visitan. En las Lagunas de Ruidera podrá avistar aves acuáticas, algunas veces nos encontraremos con las simpáticas cabras montesas o cangrejos que se acercan al atardecer a las orillas de la laguna a buscar comida, todo un espectáculo para los más pequeños.
En las inmediaciones de las lagunas de Ruidera podremos hacer una pequeña ruta y visitar uno de los parajes descritos en el Quijote, el castillo de Rochafrida  y la Cueva de Montesinos.

No muy lejos de las Lagunas nos econtramos con Lezuza famosa por sus artesanos del esparto y mimbre, dónde para deleite de los más pequeños y curiosos de la historia encontraremos el yacimiento arqueológico de Libisosa, allí podremos viajar en el tiempo desde SV a.C hasta la época medieval.
Podremos completar nuestra visita a Lezuza visitando la pedanía de Tiriez y su museo etnografico, que cuenta con una superficie de 1.500 metros cuadrados, y que ha reunido una importante colección, con piezas de finales del siglo XVIII (un carro de albañil), utensilios de la matanza, aperos agrícolas de principios del pasado siglo, una gran recopilación fotográfica además de hemeroteca.

Dónde comer: Ossa de Montiel, Ruidera, Lezuza, El Bonillo, Munera

 
“Oyendo lo cual el venerable Montesinos se puso de rodillas ante el lastimado caballero, y, con lágrimas en los ojos, le dijo: «Ya, señor Durandarte, carísimo primo mío, ya hice lo que me mandastes en el aciago día de nuestra pérdida: yo os saqué el corazón lo mejor que pude, sin que os dejase una mínima parte en el pecho; yo le limpié con un pañizuelo de puntas; yo partí con él de carrera para Francia, habiéndoos primero puesto en el seno de la tierra, con tantas lágrimas, que fueron bastantes a lavarme las manos y limpiarme con ellas la sangre que tenían de haberos andado en las entrañas. Y por más señas, primo de mi alma, en el primero lugar que topé saliendo de Roncesvalles eché un poco de sal en vuestro corazón, porque no oliese mal y fuese, si no fresco, a lo menos amojamado a la presencia de la señora Belerma, la cual, con vos y conmigo, y con Guadiana, vuestro escudero, y con la dueña Ruidera y sus siete hijas y dos sobrinas, y con otros muchos de vuestros conocidos y amigos, nos tiene aquí encantados el sabio Merlín ha muchos años; y aunque pasan de quinientos, no se ha muerto ninguno de nosotros. Solamente faltan Ruidera y sus hijas y sobrinas, las cuales llorando, por compasión que debió de tener Merlín dellas, las convirtió en otras tantas lagunas, que ahora en el mundo de los vivos y en la provincia de la Mancha las llaman las lagunas de Ruidera; las siete son de los reyes de España, y las dos sobrinas, de los caballeros de una orden santísima que llaman de San Juan. Guadiana, vuestro escudero, plañendo asimesmo vuestra desgracia, fue convertido en un río llamado de su mesmo nombre, el cual cuando llegó a la superficie de la tierra y vio el sol del otro cielo, fue tanto el pesar que sintió de ver que os dejaba, que se sumergió en las entrañas de la tierra; pero, como no es posible dejar de acudir a su natural corriente, de cuando en cuando sale y se muestra donde el sol y las gentes le vean.” Pasaje de El Quijote.